Durante uno de los inviernos mas duros que se recordaban, Leonardo y Salai se encontraban en un pueblo de particular hostilidad, cuyos habitantes censuraban los puntos de vista poco ortodoxos del maestro.

Se vieron obligados a hacer noche en una taberna mientras el pueblo sufría los embates de una ventisca. Tras unas cuantas jarras de pésima cerveza, los lugareños se abalanzaron sobre ellos. Ataron a Leonardo, pero dejaron libre al chico porque la hija del tabernero convenció a todo el mundo de que Salai era una pobre víctima inocente que había sucumbido a los engaños del diabólico Da vinci.
-¡Cuando la campana anuncie el nuevo día, quemaremos al hereje!
-declaró el anciano del pueblo.
-Qué amable por vuestra parte -respondió Leonardo, desafiante-. Me sorprende que podáis permitirnos tanta leña.
El día siguiente amaneció claro y soleado, y el pueblo entero salió para presenciar la ejecución. Leonardo estaba atado en el centro de una gran pira, y un grupo de vecinos entusiastas esperaba formando un círculo a su alrededor, con antorchas en las manos.
De repente se oyó un alarido. Era Salai
-¡Se me apareció un ángel!-exclamó-. ¡Me ha dicho que la campana no sonará mientras retengáis a un hombre inocente!
-¡Paparruchas! -dijo el anciano. Pero lo cierto es que la campana no sonó y la ejecución tubo que posponerse.
La escalera del campanario parecía haber sufrido daños durante la noche. así que hasta media tarde los lugareños no pudieron comprobar si alguien había saboteado la campana.
Anonadados, vieron que no tenía ningún desperfecto. Liberaron a Leonardo y dejaron que se marchara con su aprendiz, sin salir de su asombro Leonardo le dio las gracias.
¿Cómo había salvado a Leonardo?
¿Que piensan chicos? la respuesta la publicare este sábado
Fuentes: Circulo de lectores (El libro de los enigmas de Leonardo Da Vinci)